Sensibilidad táctil de bajo costo para las manos de los robots
¿Cómo usar una mano que no posee nervios, incapaz de percibir lo que está sujetando, una mano que, por ejemplo, eleva una lata de refresco hacia los labios para beber de ella pero inadvertidamente la estruja en el proceso, vertiendo la bebida por el suelo?
Ese es el problema al que se han enfrentado tradicionalmente las manos de los robots. Diversas soluciones se han aplicado, pero no son baratas.
Un equipo de científicos en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS) de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, ha desarrollado un sensor táctil muy barato para manos robóticas que es lo bastante sensible como para convertir una tosca máquina en un hábil instrumento manipulador.
Diseñado por el equipo de Leif Jentoft y Yaroslav Tenzer, del Laboratorio de Biorrobótica en la SEAS, el sensor, llamado TakkTile, puede poner al alcance de inventores del ámbito comercial, profesores y entusiastas de la robótica algo que normalmente sería tecnología de vanguardia.
A pesar de décadas de investigación, la percepción táctil ha tenido un uso limitado, porque ha sido cara y frágil, tal como explica Jentoft. Dotar de una capacidad fiable de sensibilidad táctil a una mano robótica suele costar alrededor de 16.000 dólares. Eso limita muchísimo las aplicaciones prácticas de esa sensibilidad táctil. La tecnología táctil tradicional también requiere técnicas de construcción muy especializadas, que pueden hacer más trabajosa la adaptación de la mano robótica. TakkTile cambia ahora esto porque se sirve de métodos de fabricación mucho más simples y baratos.